Honda sin duda ha echado el resto de cara a 2010. Desde TENERIDERS nos hemos hecho eco en los últimos meses de la avalancha de nuevos modelos y puestas al día, que la marca japonesa ha llevado a cabo en la práctica totalidad de su gama y una de sus motocicletas más versátiles y completas, la CBF 1000, no ha escapado a un profundo lavado de cara, que la dota de nuevas armas con las que competir en el complicado sector de las ruteras polivalentes.
El modelo cumbre de la gama CBF ha sido retocado en todos los aspectos. Para empezar estrena nuevo chasis realizado íntegramente en aluminio, más efectivo y ligero. Asociado a él se mantiene el robusto basculante tradicional, guiado por un monoamortiguador trasero regulable que se reparte el trabajo con la horquilla convencional que ya conocíamos, que sin embargo ha recibido nuevos reglajes que mejoran notablemente su efectividad. La respuesta de compresión es mucho más rápida, dándole un comportamiento mucho más deportivo que a su predecesora.
El corazón de la CBF continúa siendo el mismo propulsor de la CBR Fireblade de anteriores generaciones, lógicamente optimizado para una entrega de potencia más suave y una curva de par motor más plana, adaptadas al uso al que está destinado este modelo. El magnífico cuatro cilindros de 998cc, ha recibido con alegría una serie de cambios centrados en el sistema de inyección y de escape, que han logrado unos bajos y medios más poderosos y unos consumos realmente ajustados, convirtiendo a la CBF 1000, en una de las motos más parcas en consumos de su categoría.
El modelo cumbre de la gama CBF ha sido retocado en todos los aspectos. Para empezar estrena nuevo chasis realizado íntegramente en aluminio, más efectivo y ligero. Asociado a él se mantiene el robusto basculante tradicional, guiado por un monoamortiguador trasero regulable que se reparte el trabajo con la horquilla convencional que ya conocíamos, que sin embargo ha recibido nuevos reglajes que mejoran notablemente su efectividad. La respuesta de compresión es mucho más rápida, dándole un comportamiento mucho más deportivo que a su predecesora.
El corazón de la CBF continúa siendo el mismo propulsor de la CBR Fireblade de anteriores generaciones, lógicamente optimizado para una entrega de potencia más suave y una curva de par motor más plana, adaptadas al uso al que está destinado este modelo. El magnífico cuatro cilindros de 998cc, ha recibido con alegría una serie de cambios centrados en el sistema de inyección y de escape, que han logrado unos bajos y medios más poderosos y unos consumos realmente ajustados, convirtiendo a la CBF 1000, en una de las motos más parcas en consumos de su categoría.
Honda ha trabajado a destajo para mejorar ergonómicamente este modelo, pudiendo regular la moto a placer hasta poder encontrar la postura de pilotaje ideal. El asiento es regulable en tres posiciones, así como la altura del manillar, ancho, bien situado y muy cómodo. Atrás quedan los tiempos en que regular la pantalla de nuestra CBF era una compleja tarea de garaje, en la que debíamos echar mano de nuestro juego de herramientas. Ahora cuenta con cuatro posiciones, cómodamente regulables desde el puesto de mandos, en el cual encontraremos no pocas novedades. La principal es el nuevo cuadro de instrumentos: moderno, claro, bien diseñado y francamente atractivo. Encontraremos en él toda la información que un piloto pueda necesitar en su montura y es justo reconocer, que ello supone un enorme avance con respecto a la CBF anterior, donde el tablero adolecía de una cierta falta de información y acusaba ya el paso del tiempo.
La protección aerodinámica ha mejorado de forma ostensible con un acertado rediseño del semicarenado, que ha integrado de forma muy acertada las ópticas de la anterior generación de la gama CBR, acentuando el carácter Sport del que se ha querido impregnar a este modelo.
Sin duda unos cambios que la convierten en una competidora feroz en su segmento, en el que en los últimos tiempos había cedido terreno frente a rivales más jóvenes y bien preparadas. Sin embargo no hay que olvidar que la veteranía es un grado y esta rutera con experiencia, fiabilidad sobradamente probada y ahora con una acertada cura de juventud, está llamada a dar la campanada el próximo año.
La protección aerodinámica ha mejorado de forma ostensible con un acertado rediseño del semicarenado, que ha integrado de forma muy acertada las ópticas de la anterior generación de la gama CBR, acentuando el carácter Sport del que se ha querido impregnar a este modelo.
Sin duda unos cambios que la convierten en una competidora feroz en su segmento, en el que en los últimos tiempos había cedido terreno frente a rivales más jóvenes y bien preparadas. Sin embargo no hay que olvidar que la veteranía es un grado y esta rutera con experiencia, fiabilidad sobradamente probada y ahora con una acertada cura de juventud, está llamada a dar la campanada el próximo año.
antonio (administrador)
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