La lista de víctimas de la crisis económica no hace más que aumentar. La penosa situación económica de Voxan ha puesto contra las cuerdas al pequeño fabricante francés, siendo casi un hecho su pronta desaparición. Haciendo un poco de memoria conviene recordar que Voxan se fundó allá por 1.995, en Issoire (Auvernia francesa), gracias al empeño del empresario Jacques Gardette. Desde entonces se destacaron de entre la competencia con una línea de productos artesanales, con la calidad de fabricación como abanderada y la mira puesta en las Cafe Racer de los años 60', en las que basaron muchos de sus diseños.
Sin embargo malos tiempos corren para los pequeños fabricantes artesanales, peores incluso para aquellos que, como en el caso de Voxan, fabrican verdaderas joyas mecánicas que no se venden a precios populares. La crisis económica y por ende los malos resultados de ventas, han acabado por fagocitar al fabricante francés, sobre el cual pende la espada de Damocles desde hace varias semanas.
El Tribunal de Comercio de Clermont Ferrand ha decretado la liquidación de la firma de Issoire, abriéndose un proceso de subasta pública para tal efecto, con cuyos beneficios se subsanarán las deudas contraídas por el fabricante, con las diferentes empresas subsidiarias que le asistían.
El proceso es inminente. La única vía de salvación radica en dos empresas; Sodemo y Fortune Immobilière, las cuales han expresado su intención de adquirir la marca Voxan. Sodemo Moteurs por su parte ha iniciado trámites para recurrir la decisión del Tribunal de Clermont Ferrand y así ganar tiempo a fin de concretar las negociaciones acerca de la adquisición de la marca, algo que los aficionados al motor deseamos ver materializado.
Ya hemos asistido a como la crisis que atravesamos puso fin a la trayectoria de Buell, cómo amenazó la existencia de MV Agusta o de cómo hace apenas unos días ponía en jaque a Yamaha, obligando al fabricante de los diapasones a cerrar siete de sus fábricas. Voxan parece ahora el "hombre enfermo de Europa" ante la convulsa situación económica que atenaza al sector. Esperemos que los esfuerzos de Sodemo Moteurs den sus frutos y el mundo de las dos ruedas no pierda a otro fabricante de ilusiones como es Voxan.
Sin embargo malos tiempos corren para los pequeños fabricantes artesanales, peores incluso para aquellos que, como en el caso de Voxan, fabrican verdaderas joyas mecánicas que no se venden a precios populares. La crisis económica y por ende los malos resultados de ventas, han acabado por fagocitar al fabricante francés, sobre el cual pende la espada de Damocles desde hace varias semanas.
El Tribunal de Comercio de Clermont Ferrand ha decretado la liquidación de la firma de Issoire, abriéndose un proceso de subasta pública para tal efecto, con cuyos beneficios se subsanarán las deudas contraídas por el fabricante, con las diferentes empresas subsidiarias que le asistían.
El proceso es inminente. La única vía de salvación radica en dos empresas; Sodemo y Fortune Immobilière, las cuales han expresado su intención de adquirir la marca Voxan. Sodemo Moteurs por su parte ha iniciado trámites para recurrir la decisión del Tribunal de Clermont Ferrand y así ganar tiempo a fin de concretar las negociaciones acerca de la adquisición de la marca, algo que los aficionados al motor deseamos ver materializado.
Ya hemos asistido a como la crisis que atravesamos puso fin a la trayectoria de Buell, cómo amenazó la existencia de MV Agusta o de cómo hace apenas unos días ponía en jaque a Yamaha, obligando al fabricante de los diapasones a cerrar siete de sus fábricas. Voxan parece ahora el "hombre enfermo de Europa" ante la convulsa situación económica que atenaza al sector. Esperemos que los esfuerzos de Sodemo Moteurs den sus frutos y el mundo de las dos ruedas no pierda a otro fabricante de ilusiones como es Voxan.
antonio (administrador)
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