La sombra de la crisis económica mundial es alargada y parece reacia a dar una tregua al mundo de la motocicleta. El sector, visto más como artículo de lujo que como necesidad de transporte, ha vivido la crisis de manera más cruda si cabe que el segmento de las cuatro ruedas, sin embargo creíamos que lo peor había pasado y que el repunte de las ventas era ya un indicador de mejora incontestable. Por desgracia la difícil situación de Moto Morini nos ha devuelto a la cruda realidad. La marca italiana pasa por serias dificultades económicas, que podrían acabar con su desaparición muy pronto si no se toman medidas urgentes.
Muchos creyeron resuelto el problema ante la propuesta de Paolo Berlusconi (hermano del primer ministro italiano Silvio Berlusconi) de adquirir Moto Morini por 2'8 millones de euros. El empresario italiano, dueño de la mítica firma Garelli, hizo pública su oferta hace más de un mes, asegurando que mantendría los proyectos actuales de la firma, invertiría en infraestructuras y desarrollo y fabricaría motores para diversos modelos Garelli en la factoría de Moto Morini. Pretendía de esta manera despejar las dudas sobre la viabilidad a medio y largo plazo de su proyecto y refutar la principal tesis sostenida por la oposición de los sindicatos, que temen una deslocalización de la fábrica Moto Morini.
Los sindicatos se han mantenido firmes en su negativa a la adquisición y el proyecto dista mucho de tener fácil resolución. El sector industrial italiano ha acusado el golpe y se teme un fin prematuro para la marca de Bolonia si no se consigue un acuerdo pronto.
Muchos creyeron resuelto el problema ante la propuesta de Paolo Berlusconi (hermano del primer ministro italiano Silvio Berlusconi) de adquirir Moto Morini por 2'8 millones de euros. El empresario italiano, dueño de la mítica firma Garelli, hizo pública su oferta hace más de un mes, asegurando que mantendría los proyectos actuales de la firma, invertiría en infraestructuras y desarrollo y fabricaría motores para diversos modelos Garelli en la factoría de Moto Morini. Pretendía de esta manera despejar las dudas sobre la viabilidad a medio y largo plazo de su proyecto y refutar la principal tesis sostenida por la oposición de los sindicatos, que temen una deslocalización de la fábrica Moto Morini.
Los sindicatos se han mantenido firmes en su negativa a la adquisición y el proyecto dista mucho de tener fácil resolución. El sector industrial italiano ha acusado el golpe y se teme un fin prematuro para la marca de Bolonia si no se consigue un acuerdo pronto.
antonio (administrador)
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