Si la Streetfighter "básica" ya era el no va más del segmento naked, equipada con el motor de la 1098, y una parte ciclo fantástica, ¿qué esperar de la versión "S"?
Los de Borgo Panigale han rizado el rizo. En Ducati han tirado la casa por la ventana, dotando a la perciosa Streetfighter de los mejores componentes del mercado. El resultado final es de tanto nivel, que debería crearse un nuevo segmento de mercado para encuadrarla. Quizá "Hi-Naked".
La Streetfighter es una moto muy compacta. Su posición de conducción es bastante racing, especialmente por la localización de las estriberas, si bien no se va tan "acostado" sobre el depósito como en la S4R. El alto manillar ofrece una buena palanca para disfrutar plenamente de ella en zonas reviradas, donde por motor y parte ciclo se convierte en una máquina prácticamente imbatible.
Frente a la "Street" básica, su precio se incrementa en unos 4.000 €, pero a tenor de las mejoras que presenta, esta diferencia queda más que justificada. En relación a aquella incorpora el sistema de control de tracción de Ducati DTC, suspensiones Ölhins "pata negra", llantas Marchesini, y fibra de carbono por todas partes. Y todo ello sin mencionar que incorpora los cárteres de la 1198, notablemente más ligeros que los de su predecesora, de la que esta naked hereda motor.
El básculante ha sido aumentado en 35 mm frente a su hermana hi-sport, buscando un notable aumento de tracción, acorde a las pretensiones naked de su planteamiento. Este detalle, unido a los impresionantes 155 cv de potencia que ofrece, la convierten en un auténtico misil tierra tierra.
Como curiosidad mencionar que las máximas cifras de potencia y par (12,5 kgm) se alcánzan al mismo régimen de giro (9.500 rpm), un detalle más del esmero que han puesto en Ducati a la hora de afinar su propulsor. Si se tiene en cuenta que se declara un peso total de conjunto de sólo 167 kilogramos, poco más se puede añadir en cuanto a su eficacia.
Los de Borgo Panigale han rizado el rizo. En Ducati han tirado la casa por la ventana, dotando a la perciosa Streetfighter de los mejores componentes del mercado. El resultado final es de tanto nivel, que debería crearse un nuevo segmento de mercado para encuadrarla. Quizá "Hi-Naked".
La Streetfighter es una moto muy compacta. Su posición de conducción es bastante racing, especialmente por la localización de las estriberas, si bien no se va tan "acostado" sobre el depósito como en la S4R. El alto manillar ofrece una buena palanca para disfrutar plenamente de ella en zonas reviradas, donde por motor y parte ciclo se convierte en una máquina prácticamente imbatible.
Frente a la "Street" básica, su precio se incrementa en unos 4.000 €, pero a tenor de las mejoras que presenta, esta diferencia queda más que justificada. En relación a aquella incorpora el sistema de control de tracción de Ducati DTC, suspensiones Ölhins "pata negra", llantas Marchesini, y fibra de carbono por todas partes. Y todo ello sin mencionar que incorpora los cárteres de la 1198, notablemente más ligeros que los de su predecesora, de la que esta naked hereda motor.
El básculante ha sido aumentado en 35 mm frente a su hermana hi-sport, buscando un notable aumento de tracción, acorde a las pretensiones naked de su planteamiento. Este detalle, unido a los impresionantes 155 cv de potencia que ofrece, la convierten en un auténtico misil tierra tierra.
Como curiosidad mencionar que las máximas cifras de potencia y par (12,5 kgm) se alcánzan al mismo régimen de giro (9.500 rpm), un detalle más del esmero que han puesto en Ducati a la hora de afinar su propulsor. Si se tiene en cuenta que se declara un peso total de conjunto de sólo 167 kilogramos, poco más se puede añadir en cuanto a su eficacia.
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