En un tiempo en que el mercado está saturado de deportivas extremas, cada vez más radicales y cercanas al circuito, de complejas ruteras más equipadas que un Rolls o de aventureras mastodónticas que se pasean por la ciudad ataviadas como para cruzar el Atlas, resulta agradable encontrar modelos que abanderen la sencillez y el placer de pilotar como razón de ser.
20 años lleva la Suzuki Bandit en el mercado, representando con orgullo a esta categoría de motos sencillas, eficaces y polivalentes. Corría 1989 y Suzuki sorprendía a propios y extraños con una bonita naked de corte clásico, equipada con el motor de la GSX R 400 R. Hoy, 20 años después, el modelo se renueva para que nada cambie. Cambia de traje para seguir encarnando la misma filosofía.
Dicho lo anterior, hay que reconocer no obstante, que de las ediciones sucesivas hasta la fecha, la presente es quizá la que innova un poco más desde el punto de vista estético (y también mecánico). Cambia el colín, más estilizado y en la línea de los gustos actuales. El faro también se "moderniza", abandonando su clásica forma redonda, para adoptar unas líneas más agresivas, adornado por una máscara de acertado diseño que se extiende hasta los intermitentes, también de nueva factura.
El motor se ha pintado en negro satinado, como en la edición 2005. Igualmente estrenan colores las fibras, disponibles ahora para todas las variantes de la moto, incluidas las versiones ABS, algo que anteriormente no sucedía. Sigue dominando la vista lateral de esta Bandit el generoso silenciador de escape bajo, elemento que ha resistido a la presente remodelación.
Desde el punto de vista ergonómico, la Bandit es una amable montura. Tanto la versión carenada como la naked presumen de un confortable manejo, con una altura de asiento apta para casi todas las tallas, que junto con la acertada posición del manillar y las estriberas, permiten rodar un buen número de kilómetros sin sensación de fatiga.
El propulsor es una delicia en cuanto a suavidad de funcionamiento, a pesar de su veterana arquitectura. Este DOHC de Suzuki se muestra muy elástico y progresivo, transmitiendo un contenido nivel de vibraciones y sonoridad. La gestión electrónica de la inyección es de última hornada, compartida también por su hermana la Gladius. El trabajo del motor está muy bien complementado por una suave y bien escalonada caja de cambios, y el embrague hidráulico, sin duda detalle de moto "cara". Con una cilindrada de 654 cc, esta Suzuki rinde una nada despreciable cifra de potencia de 85 cv, destacando especialmente la manera tan progresiva con la que los entrega.
En el apartado de frenos está bien servida, con sendos discos delanteros de 310 mm y un trasero de 240 mm, que detienen la moto con solvencia, a pesar de que en orden de marcha pesa 240 kg. Para las versiones con ABS, se ha trabajado intensamente para crear un sistema poco intrusivo, que no molesta al piloto de no ser estrictamente necesario, en cuyo caso hace su trabajo sin titubeos.
La parte ciclo cumple también con su cometido. Si bien con la Bandit se puede rodar rápido, es su carácter rutero y polivalente el que manda, de forma que las suspensiones son confortables, aunque no "flanean" demasiado. Si se quiere curvear por alguna carretera ratonera, mejor endurecer un poco el tren delantero. El amortiguador trasero cuenta con bieletas, seña de identidad Suzuki para casi todos sus modelos, lo que le confiere una progresividad que se agradece, sobre todo en firmes irregulares.
En definitiva, tanto en su versión carenada, funcional y versátil, como en la descarada naked de renovado aspecto, la Bandit es una moto de delicioso funcionamiento, muy cómoda e ideal para viajes de media distancia, tanto en solitario como con acompañante. Unos precios muy contenidos, alrededor de los 6000 euros, completan la atractiva oferta de la marca de Hamamatsu.
20 años lleva la Suzuki Bandit en el mercado, representando con orgullo a esta categoría de motos sencillas, eficaces y polivalentes. Corría 1989 y Suzuki sorprendía a propios y extraños con una bonita naked de corte clásico, equipada con el motor de la GSX R 400 R. Hoy, 20 años después, el modelo se renueva para que nada cambie. Cambia de traje para seguir encarnando la misma filosofía.
Dicho lo anterior, hay que reconocer no obstante, que de las ediciones sucesivas hasta la fecha, la presente es quizá la que innova un poco más desde el punto de vista estético (y también mecánico). Cambia el colín, más estilizado y en la línea de los gustos actuales. El faro también se "moderniza", abandonando su clásica forma redonda, para adoptar unas líneas más agresivas, adornado por una máscara de acertado diseño que se extiende hasta los intermitentes, también de nueva factura.
El motor se ha pintado en negro satinado, como en la edición 2005. Igualmente estrenan colores las fibras, disponibles ahora para todas las variantes de la moto, incluidas las versiones ABS, algo que anteriormente no sucedía. Sigue dominando la vista lateral de esta Bandit el generoso silenciador de escape bajo, elemento que ha resistido a la presente remodelación.
Desde el punto de vista ergonómico, la Bandit es una amable montura. Tanto la versión carenada como la naked presumen de un confortable manejo, con una altura de asiento apta para casi todas las tallas, que junto con la acertada posición del manillar y las estriberas, permiten rodar un buen número de kilómetros sin sensación de fatiga.
El propulsor es una delicia en cuanto a suavidad de funcionamiento, a pesar de su veterana arquitectura. Este DOHC de Suzuki se muestra muy elástico y progresivo, transmitiendo un contenido nivel de vibraciones y sonoridad. La gestión electrónica de la inyección es de última hornada, compartida también por su hermana la Gladius. El trabajo del motor está muy bien complementado por una suave y bien escalonada caja de cambios, y el embrague hidráulico, sin duda detalle de moto "cara". Con una cilindrada de 654 cc, esta Suzuki rinde una nada despreciable cifra de potencia de 85 cv, destacando especialmente la manera tan progresiva con la que los entrega.
En el apartado de frenos está bien servida, con sendos discos delanteros de 310 mm y un trasero de 240 mm, que detienen la moto con solvencia, a pesar de que en orden de marcha pesa 240 kg. Para las versiones con ABS, se ha trabajado intensamente para crear un sistema poco intrusivo, que no molesta al piloto de no ser estrictamente necesario, en cuyo caso hace su trabajo sin titubeos.
La parte ciclo cumple también con su cometido. Si bien con la Bandit se puede rodar rápido, es su carácter rutero y polivalente el que manda, de forma que las suspensiones son confortables, aunque no "flanean" demasiado. Si se quiere curvear por alguna carretera ratonera, mejor endurecer un poco el tren delantero. El amortiguador trasero cuenta con bieletas, seña de identidad Suzuki para casi todos sus modelos, lo que le confiere una progresividad que se agradece, sobre todo en firmes irregulares.
En definitiva, tanto en su versión carenada, funcional y versátil, como en la descarada naked de renovado aspecto, la Bandit es una moto de delicioso funcionamiento, muy cómoda e ideal para viajes de media distancia, tanto en solitario como con acompañante. Unos precios muy contenidos, alrededor de los 6000 euros, completan la atractiva oferta de la marca de Hamamatsu.
varetta (administrador)
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