Sobre la base de una Bimota DB7R, la empresa californiana ArthaWorks ha desarrollado una verdadera moto de ensueño, sin escatimar en gatos ni en el empleo de los mejores materiales del mercado.
Han trasplantado el motor de origen Ducati de la DB7 de partida, en un chasis realizado íntegramente en carbono. Como si este material fuera "plebeyo metal", lo han empleado igualmente para realizar otras piezas como el depósito, tapas de motor, carenado, guardafangos, basculante... terminamos antes diciendo que "la moto está hecha con fibra de carbono". Con ello han conseguido la mágica relación 1:1 peso potencia, el sueño de cualquier fabricante de deportivas.
La moto incorpora un sofisticado sistema GPS de telemetría, que permite controlar múltiples parámetros de comportamiento y gestión en uso deportivo, almacenando datos que contrasta con las características de una amplia base de datos de circuitos. El presidente de la empresa, Elias Corey, afirma que la intención de ésta es ir aun más allá, ofreciendo la posibilidad de adaptar la moto a los particulares deseos del potencial comprador:
Claro está que con lo que cuesta la criatura, nunca está de más tener un detalle con el cliente. El precio de partida es de unos 39.600 euros (59.500 dólares), peticiones y excentricidades aparte. Inicialmente ArthaWorks sólo tiene previsto fabricar 10 unidades, por lo que en cuanto a exlusividad no deben preocuparse los interesados en concederse el capricho.
Han trasplantado el motor de origen Ducati de la DB7 de partida, en un chasis realizado íntegramente en carbono. Como si este material fuera "plebeyo metal", lo han empleado igualmente para realizar otras piezas como el depósito, tapas de motor, carenado, guardafangos, basculante... terminamos antes diciendo que "la moto está hecha con fibra de carbono". Con ello han conseguido la mágica relación 1:1 peso potencia, el sueño de cualquier fabricante de deportivas.
La moto incorpora un sofisticado sistema GPS de telemetría, que permite controlar múltiples parámetros de comportamiento y gestión en uso deportivo, almacenando datos que contrasta con las características de una amplia base de datos de circuitos. El presidente de la empresa, Elias Corey, afirma que la intención de ésta es ir aun más allá, ofreciendo la posibilidad de adaptar la moto a los particulares deseos del potencial comprador:
"Nos centramos exactamente en lo que el cliente quiere. Le presentamos múltiples opciones de diseño, así como diversas alternativas sobre los componentes a equipar. Podemos entregar la moto a domicilio o ir a italia a ver la fábrica y almorzar con su fundador en un castillo del siglo XVII" (Elias Corey).
Claro está que con lo que cuesta la criatura, nunca está de más tener un detalle con el cliente. El precio de partida es de unos 39.600 euros (59.500 dólares), peticiones y excentricidades aparte. Inicialmente ArthaWorks sólo tiene previsto fabricar 10 unidades, por lo que en cuanto a exlusividad no deben preocuparse los interesados en concederse el capricho.
miguel (webmaster)
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